sábado, 18 de mayo de 2013

CLAVES PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO SOCIO-SANITARIO


Claves para la construcción del espacio socio-sanitario
                   
                               Como hemos podido apreciar en la lectura el concepto socio-sanitario ha tenido mucho éxito. Lo que realmente definen el espacio socio-sanitario son los clientes, en los que podemos encontrar, clientes con necesidades de atención en ambas áreas, clientes en los que esta necesidad de atención es significativa, cuantitativa o cualitativamente, en ambos casos, tanto en la intensidad de la intervención como en la duración en el tiempo, o clientes para quienes las intervenciones desde ambos sectores son sinérgicas en su efecto.

                               Por lo que el autor te este texto considera que el concepto socio-sanitario como “el sistema de atención sanitaria y social que se presta al conjunto de clientes que precisan de esta intervención simultánea en el tiempo e integrada en la orientación de los dos tipos de servicios, para obtener sinergias que mejoren su estado”.

                               Como bien sabemos el significado de estos dos conceptos son totalmente diferentes, por una parte tenemos que saber que el sistema de salud (sanitario) va dirigido a aquellos pacientes crónicos no dependientes y que el sistema de servicios sociales (sociales) va dirigida a personas que tienen una dependencia sin pluripatología ni enfermedades.

                               Hay que tener claro que la atención socio-sanitaria se presta especialmente sobre aquellos colectivos que combinan la presencia de enfermedad con diversas situaciones de dependencia y un mayor o menor grado de carencias sociales.  Esto va dirigido a aquellas personas mayores como ya he nombrado anteriormente con pluripatología y dependencia, a pacientes terminales con cuidados paliativos, a personas con trastornos mentales severo crónico, a personas con gran discapacidad física, a personas con discapacidad intelectual severa, a personas menores de 65 años con enfermedades crónicas discapacitantes, e incluso a personas con problemas de adicción a drogas ilegales y alcohol y patologías dual, esto es salud mental y adicciones.

                               Tenemos que cambiar el perfil de la demanda que tenemos, tenemos que hacer un cambio en la demanda de servicios. Intentando así, cambiar el perfil del paciente, el usuario de la sanidad, incrementar el volumen de personas con dependencia, incrementar la demanda de atención, cambiar el perfil del usuario de los servicios sociales, perder peso del soporte informal...etc.

                               Una de las cuestiones que más nos han hecho reflexionar ha sido en un punto donde nos preguntaba si debemos de pensar en las personas o en los recursos. Hay que saber, que en un contexto global, las personas pasan de ser sujetos pasivos a ser sujetos activos de su propio bienestar, la prestación de servicios basa el desarrollo en una comprensión profunda de su actividad.

                               Respecto a los modelos de gestión del espacio socio-sanitario encontramos una serie de factores de éxito. Que son una segmentación cuidadosa de la población, la figura del gestor de casos, la protocolización basada en la evidencia, lo multidisciplinar, el uso intensivo de tecnologías de la información, la imbricación de las políticas entre los niveles macro, meso y micro etc.

                               Hoy en día España tiene muchas carencias, y en diferentes ámbitos, pero uno de los que más urge de modificar es el socio-sanitario, por su gran repercusión social al no poder tener las necesidades cubiertas de la gente.

                               La complicación empieza cuando no se saben las necesidades concretas del usuario, dado que varían según la calidad de vida que busca cada persona y por ello las prestaciones y servicios dados se condicionan severamente en función de satisfacer a todas las personas.
                               Los errores en los servicios comienzan principalmente en los ámbitos del escaso desarrollo de los modelos interdisciplinares de trabajo, la burocratización de los procesos asistenciales y la debilidad de los sistemas de información y del uso de las telecomunicaciones.

                               Todo ello, tiende como consecuencia a una cultura profesional orientada a la resolución parcial de los problemas, donde los incentivos no tienden en absoluto a favorecer aquellas soluciones comunes a los problemas de los usuarios por parte de los profesionales sociales y sanitarios.

                               Por ello una de las conclusiones que saca el propio texto es que faltan organismos conjuntos entre autoridades sanitarias y sociales para la elaboración, puesta en marcha, seguimiento y evaluación de políticas socio-sanitarias que en los siguientes párrafos vamos a intentar explicar y aclarar.

                               Para hacer frente a esa situación tan devastadora a corto plazo en España se pueden tomar cuatro medidas.

                               Primeramente se debería buscar un entendimiento mutuo entre ambas partes, los ámbitos sociales y los sanitarios, con el fin de poder englobar la situación de un modo más eficaz posible para buscar la eficiencia.

                               Para ello se podría formular de forma conjunta algunas medidas socio-sanitarias, con una cartera de servicios y recursos que puedan dar de forma eficaz, y con el fin de poder ayudar lo máximo posible. Acto seguido, tal y como se dice en el texto se podría poner en marcha del conjunto de herramientas de gestión y de desarrollo técnico que sustentarán el espacio socio-sanitario, todo ello acompañado de una financiación conjunta.

                               Por eso podemos decir que se trata de buscar acciones de forma eficaz sobre los dos sectores implicados que de hablar de recursos o competencias, asegurando unos claros recursos de financiación de las políticas socio-sanitarias definidas.

                               La segunda medida que se debería de tomar implica tener una agencia de financiación conjunta que pueda contratar servicios flexibles a proveedores de servicios sanitarios, sociales o mixtos, es la mejor forma de visibilizar la política socio-sanitaria. Para ello se comenta que la financiación debería ir dirigida a buscar fórmulas a medio o largo plazo.

                               Acto seguido indica que hay que hacer realmente un gran esfuerzo en el sector sanitario, no solo por su interés social sino porque su significativamente mayor margen económico como por el hecho de que la transferencia de pacientes a los servicios socio-sanitarios, permite importantes ahorros en los puntos de mayor coste de la red sanitaria (hospitales.

                               Para satisfacer todos esos puntos sería recomendable la creación de una caja común, a los espacios sociales y sanitarios que permita la financiación de las mismas para garantizar la realización de los servicios dados por las mismas administraciones.

                               Estaría correcto que esa misma financiación, como tercer punto a garantizar, fuese por parte de los proveedores públicos y privados garantizando una competencia entre ellos. Garantizando nuevamente que dichos proveedores financiaran con total eficacia a los servicios socio-sanitarios, permitiéndoles así realizar sus servicios sin ninguna falta de liquidez.

                               Por último, nos indican que se debería de empezar a invertir en los sistemas de información. Un claro ejemplo de ello sería mantener una política proactiva y decidida de inversión en sistemas de información sacando el máximo partido a todos los nuevos campos que se abren en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Todo ello con el fin de mantener una actualización constante de los sistemas y la incorporación de nuevas soluciones innovadoras.

                               Respecto a los cuatro pasos para la creación del espacio socio-sanitario en España, a modo de conclusión podríamos decir que en un sistema de gestión descentralizada como es el caso de España la construcción del espacio socio-sanitario puede adquirir una gran variabilidad, teniendo siempre en cuenta que tiene suma importancia la figura de esos dos ámbitos.

                               Tal y como nos indica el texto; “En este contexto han sido muchas las políticas puestas en marcha pero los resultados, muy desiguales, parecen resistirse todavía a la consolidación de un espacio socio-sanitario sólido y cercano a las necesidades del usuario”.

                               Por ello, podríamos indicar que la creación de un sistema de financiación común entre sanidad y servicios sociales destinado a la compra de servicios socio-sanitarios puede ser el gran motor del cambio que España necesita para garantizar servicios de forma eficaz y eficiente con el fin de abaratar costes y dar un servicio pleno.


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