En este artículo se analiza
en profundidad la forma en la que se ha desarrollado en la Comunidad Autónoma
del País Vasco, el espacio socio sanitario. Los autores relacionan el nuevo
modelo asistencial debido a la creciente demanda por parte de los ciudadanos de
emergencias y con el cuestionamiento del Estado de Bienestar. También se
hablará del esquema típico ideal para la gestión de ese espacio socio-sanitario.
Deberemos pararnos en
reflexionar cual es el papel que juegan los poderes públicos en la
creación no de condiciones favorables para la prestación de servicios que
tienen que ver con la salud y el bienestar de las personas.
Las
nuevas situaciones sociales de emergencia de nuevos y graves
problemas de salud, como el sida, enfermedades crónicas, drogadicción, etc.
serán algunas de las causas que hacen que las modalidades y
servicios asistenciales tradicionales queden obsoletos y que también muestren
una gran incapacidad para atajar este tipo de situaciones donde será muy
difícil conocer donde terminan los problemas sanitarios, y donde empiezan los
asistenciales o sociales.
Todas
las polémicas y debates planteados en este ámbito, deben servir para que todos
hagamos un esfuerzo por diseñar y poner en marcha nuevos servicios comunitarios
socio-sanitarios que contribuyan a la mejora de la vida humana.
Continuaremos
definiendo el "espacio socio-sanitario", será un espacio que hace
frontera entre la atención sanitaria y social, donde la atención de uno solo de
estos sistemas es incapaz de solucionar los problemas de las personas que
presentan ambos tipos de problemáticas.
Consideramos,
que esta situación no debería ser así, ya que el espacio
socio-sanitario deberá poder atender a todo tipo de problemáticas, podría
estar especializado más en la atención sanitaria, puesto que ese será su
cometido, pero debe estar capacitado para atender a los problemas sociales
también.
Este espacio, está constituido, por las necesidades
de una serie de colectivos que tienen en común, el estar afectados por
enfermedades crónicas, terminales somáticas o psíquicas, cuya enfermedad
necesitara un nivel de atención sanitaria compleja y continuada, que en
general, hoy en día es cada vez más complicada de satisfacer estas necesidades
de forma integral
¿Esto porque se debe? Pues porque nos
encontramos con un Sistema de Salud, que en el ámbito de la atención a las
necesidades sanitarias y sociales, las cuales surgen como consecuencia de las
afecciones crónicas, se observa un vacío considerable del que los pacientes y
familias afectados se quejan frecuentemente cuando dicen que, ante sus
demandas, o bien se les deriva a los servicios sociales, o bien se les
transfiere a ellos la responsabilidad de los cuidados o atenciones a las que
precisamente se sienten incapaces de hacer frente.
Por
tanto, la creación de un servicio de atención socio-sanitario de esta índole
vendrá a resultar uno de los campos más novedosos y amplios del sistema de
bienestar.
En
este texto también nos explican cómo la asistencia sanitaria y la social,
están, desde el punto de vista administrativo, claramente diferenciadas,
haciendo especial hincapié en mostrar las actuaciones conjuntas.
Hacemos hincapié en que los problemas sociales que surjan con ocasión de la
perdida de la salud, no son aspectos "estrictamente sanitarios" y
que, por lo tanto, podrían no ser competencia suya, sino de las
administraciones públicas con competencias en Servicios Sociales. Esto quiere
decir que cada sistema público, debe asumir su parcela que estrictamente le
corresponde y que, así mismo los Servicios sociales garanticen una continuidad
de la atención de las consecuencias sociales que han podido ser provocadas por
una enfermedad.
LEY
DE ORDENACIÓN SANITARIA DE EUSKADI
(LEY
8/1997)
Todo
empieza con el Plan de Salud/Osasuna aprobado por el Parlamento Vasco el 23 de
junio de 1993, fruto de la preocupación ante los retos que se estaban
cuestionando acerca de la política sanitaria. Lo más importante es que parte
del derecho constitucional de los ciudadanos a la salud.
Sin embargo, últimamente, parece que hay una gran presión acerca de que algunos
colectivos creen que la oferta de atención sanitaria es ilimitada. Esto no es
así, ya que por ejemplo, cada vez hay más personas mayores, con lo que la
atención sanitaria hacia este grupo de personas aumenta, con el consiguiente
aumento del gasto.
Hay personas que creen que como las tecnologías son más sofisticadas y eficaces,
les da derecho a exigir algunas prestaciones sanitarias de calidad, amparándose
en su derecho. El cambio organizativo se debe sobre todo, a que quieren
contener el gasto en el sector.
En el caso del País Vasco, estas competencias de los servicios sociales las
asumen las diferentes Diputaciones Forales: desarrollo comunitario, política
infantil, tercera edad, condiciones femenina ocio y esparcimiento.
Asimismo, los Ayuntamientos asumen la responsabilidad de la prestación de
servicios sociales, de promoción y reinserción social.
El problema es que si aumentan los recortes del Estado de Bienestar, mayor será
el número de ciudadanos que necesite sus servicios, porque mayores serán las
desigualdades. Los principios generales por los que debe regirse la Ley de
Servicios Sociales son: solidaridad, igualdad, universalidad, prevención,
integración, normalización, participación ciudadana, planificación,
coordinación, cooperación y descentralización. Eso sí, el sistema de servicios
sociales debe actuar coordinado con los servicios sanitarios.
Pero, ¿dónde terminan las competencias de salud y cuándo empiezan las de los
servicios sociales? Tras esta importante pregunta se inició un gran debate, en
el que ambas administraciones públicas llegaron a la conclusión de que es
preciso buscar un espacio común, en lugar de pelearse por las competencias: es
lo que se llama espacio socio-sanitario, cuya definición propone José
Antonio Aguirre Elustondo:
“Espacio
socio-sanitario es todo aquel lugar donde se ubique una persona que presenta al
mismo tiempo necesidades sociales y sanitarias; un espacio de encuentro entre
ambos sectores en el que la intervención de uno solo de ellos resulta
insuficiente”.
Esto se consigue con diferentes Acuerdos-Marco entre ambas instituciones,
sociales y sanitarias, donde se especifican claramente todas las garantías de
los beneficiarios, las competencias, responsabilidades y coordinación de cada
una de ellas, etc., todo ello para lograr el objetivo más importante de todos:
que no haya nadie desamparado.
La
voluntad de las partes está clara, pero el problema sigue siendo la escasez de
presupuesto, lo que limita mucho la consecución de todos estos objetivos.
La atención continua a un enfermo de estas características, con
una enfermedad discapacitante, exige la disponibilidad de asistencia y apoyo
socio-familiar. Dependiendo de las características de la enfermedad, su
necesidad de atención continua será mayor o menor, pero a veces las redes
sociales son más débiles en unos sitios que en otros y no se pueden cubrir las
necesidades socio-sanitarias como deberían.
Por eso es muy importante la creación de puestos de trabajo que agilicen la
coordinación entre las diferentes instituciones, es decir, un sistema
de gestión inter servicios. De este modo, se evitarían duplicidades, se
agilizaría el papeleo y se darían facilidades para llevar a cabo todas las
gestiones.
En nuestra opinión sobre el espacio socio-sanitario, e
favorable a su aplicación. Es de lógica que un servicio sanitario y otro social
estén perfectamente coordinados para poder atender en sus necesidades a
cualquier persona independiente de por dónde ha accedido a este servicio.
Viendo la situación personal de cada uno, debería de haber un sistema de
gestión inter-servicios, del que hemos hablado antes, para que se encarguen de
buscar una solución al problema: no se le puede poner una persona en casa que
no tiene ascensor, o que el piso no esté preparado para una silla de ruedas, y puede que esta persona no tenga
el dinero suficiente como para adaptar la casa a su necesidad.
Por lo tanto viendo esta situación que he puesto como ejemplo, habría que
buscarle una Residencia para que viviera, y así, estuviera atenido en
condiciones. Todo esto supone un enorme trabajo burocrático que por sí mismo no
se puede hacer: bancos, declaraciones de la renta, certificados medios,
solicitudes.. etc.
Hay que procurar ayudarles, por lo que la colaboración socio-sanitaria es
fundamental.
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