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1. LOS SERVICIOS SOCIALES FRENTE A LA
EXCLUSIÓN.
Crisis:
Pobreza, exclusión social y servicios sociales.
La
población española está sufriendo dificultades económicas graves debido a
la destrucción de empleo en los últimos tres años. La crisis, en gran parte ha
sido debido a los costes altos de la vivienda que ha llevado a que las familias
obtengan una mínima cantidad de ingresos, y encuentran imposible hacer frente a
los gastos de mantenimiento mensual. La crisis ha hecho que la gente acuda a
los centros de Servicios Sociales, en especial, a los centros de atención
primaria.
Cuando
se habla con responsables y trabajadores de los Servicios Sociales locales, se
percibe un malestar que no parece explicable sólo por el exceso de cara al
trabajo que supone esta situación. Son frecuentes las opiniones acerca de la
imposibilidad de dar respuesta adecuada a las situaciones que se presentan, y
hay datos que parecen confirmar dicha percepción. Este malestar, como nos dice
el texto, se expresa con frecuencia poniendo en duda que los servicios sociales
deban gestionar las rentas mínimas, o a la aparición de demandantes de renta
mínima “no excluidos”, para los que no se dispone de una oferta adecuada y que,
con frecuencia, tampoco se sienten muy cómodos en los servicios sociales.
Los
Servicios Sociales antiguamente se les consideraba como “servicios para los
pobres”, ahora quieren ser “otra cosa”, donde se explicará mejor más
adelante. Los Servicios Sociales han ido generalizándose, es decir, se ha
producido un progresivo desarrollo de una red que ha llegado a casi todo el
territorio. Éste ha ido extendiéndose, proporcionando un acceso universal. Los
Servicios Sociales son actividades de información y orientación diaria, que se
han centrado en responder a las demandas planteadas.
2. ¿PARA QUÉ SIRVEN LOS SERVICIOS
SOCIALES?
En nuestro país, se superponen dos concepciones de la acción social
pública incoherentes entre sí. Por una parte, la concepción que heredamos
del régimen de la asistencia liberal y que intentó modernizarse en los años
sesenta y setenta en forma de asistencia social. La otra concepción distingue
entre dispositivos institucionales encargados de atender diferentes partes de
las necesidades de la población.
Este
modelo de Estado de bienestar se articula en torno a sectores de la acción
social pública (sanidad, educación, garantía de rentas), y no de grupos de
población. Su coherencia técnica, condición de su eficacia y eficiencia, deriva
de atender una parte definida de las necesidades del conjunto de la población.
La posición contradictoria de
los servicios sociales entre estos dos modelos es comprobable en la percepción
de la opinión pública y de los propios ciudadanos que los usan (que los siguen
identificando con la 'beneficencia' o la 'asistencia social'), en las
ambigüedades de su encaje institucional (los servicios sociales como plasmación
de la competencia autonómica en 'asistencia social') y en la propia acción
de los servicios.
2.1. La pervivencia del modelo de la
beneficencia pública
La beneficencia pública fue, al menos como proyecto, el núcleo de un modo de
acción social del Estado que Mariano Esteban de Vega, ha denominado 'asistencia
liberal'. La beneficencia pública intentó poner en marcha una
regulación pública y una racionalización de la asistencia a los pobres
incapaces de trabajar, y modificó sustancialmente su estructura financiera.
Como proyecto, contó con fundamentos teóricos y con una articulación
programática relativamente sólida, aunque su desarrollo fuese muy contradictorio
y limitado.
El
modelo de acción social pública sobre la pobreza de la beneficencia pública
presentaba algunas características que es importante tener en consideración:
-La concepción de fondo era la de establecer un
dispositivo de atención integral (social, sanitaria, educativa, laboral) para
un sector de la población, el definido como pobre, no culpable.
-Una regulación del acceso caracterizada por el
establecimiento de obligaciones del Estado sin reconocimiento de derechos a los
ciudadanos. De ese modo, la beneficencia pública se diferenciaba de la acción
graciable o voluntaria (que, por definición, no está obligada a nada)
-La fragmentación de la responsabilidad pública entre
tres niveles territoriales (central, provincial y municipal). La Ley de
Beneficencia de 1849 cambió la responsabilidad exclusiva municipal.
2.2. La división en sectores del
Estado de bienestar
Los Estados de bienestar desarrollados se caracterizan, entre otras cosas, por
la diferenciación de sectores en su seno. Aunque las necesidades y los
problemas de las personas constituyen un todo en la experiencia de sus vidas,
las instituciones del Estado de bienestar van estableciendo progresivamente
segmentos de esas necesidades, cada uno de los cuales es atendido desde un
sector de la política social.
Esos sectores tienden a institucionalizarse
de forma: Diferenciada; definen su objeto, establecen su modelo de
atención y suelen articularse por medio de determinadas profesiones
En
nuestro país, se habla con frecuencia de tres sectores o pilares,
al que últimamente se le habría añadido un cuarto. Se trataría de:
1. La garantía de ingresos (pensiones
y protección por desempleo)
2. La educación
3. La sanidad
Es
esta 'asistencia social' la que aparece en la Constitución
de 1978 y la que sirvió de base legal para que las comunidades
autónomas pusieran en marcha sus políticas de servicios sociales. Pero los
servicios sociales en cuestión, no se concibieron a sí mismos como un nivel
asistencial, o no contributivo, de protección, sino como un sector autónomo.
Los
servicios sociales modernos en España han venido definiendo legalmente esta
cuestión de un modo poco claro. Son frecuentes en las leyes definiciones
inespecíficas (servicios tendentes a lograr el bienestar social y la calidad de
vida de los ciudadanos) que poco dicen sobre de qué parte específica de ese
bienestar se ocupan los servicios sociales, a diferencia de lo que sucede con
la sanidad, la educación o la garantía de rentas (de las que sí sabemos de qué
parte se ocupan). También, abunda la identificación de grupos y situaciones
atendidas (mayores, menores, adultos, personas con discapacidad, mujeres,
inmigrantes, personas con problemas de drogas, entre otros).
Debería
ser evidente que los servicios sociales no se ocupan de todas las
necesidades de estos grupos (como lo hacía la beneficencia pública), pero
en las leyes no queda nada claro de qué parte concreta de las necesidades
de estas personas se ocupan.
No
hay una definición absoluta de servicios sociales, como ni siquiera es
necesario que sus funciones se integren en un sector único y diferenciado de la
política social. Los servicios sociales podrían no existir como tales, y las
funciones que parece lógico atribuirles podrían ser ejercidas desde otros
sectores.
¿Cuáles son esas funciones
principales?
1. El
apoyo en lo cotidiano a las personas que han perdido autonomía
2. La
tutela y protección de los menores (pero también de personas incapacitadas o
vulnerables a tratos inadecuados)
3. El
apoyo a las personas con dificultades especiales de integración social en sus
procesos de incorporación.
2.3. La situación de exclusión
social
La multidimensionalidad de los problemas de inclusión hace referencia a la
coincidencia en las personas en dificultad de diferentes problemas y
dificultades que afectan al objeto de más de un sector de la política social.
Por
otro, en muchos casos las personas en dificultad tienen límites importantes
para gestionar esa complejidad o, mejor dicho, para gestionarla adaptándose a
la diferenciación institucional de las políticas sociales.
Hay varios tipos de actuaciones:
Unas que no van dirigidas específicamente a las personas en dificultad, sino a
incrementar la exclusividad de los diferentes sectores. Por otro lado, hay
acciones que van directamente dirigidas a las personas en dificultad y tratan
de construir procesos concretos de incorporación social. Por ello se trata de
articular mecanismos que aseguren que, en cada sector, se eliminan barreras
excluyentes, se abren oportunidades para las personas con más dificultades, se
adaptan mejor los servicios a poblaciones diversas.
2.4. El papel de los Servicios
Sociales
Una condición para la coordinación entre instituciones y la cooperación interprofesional
es establecer con suficiente claridad la responsabilidad de cada una de las
parte, por ello lo que se intentara aclaras es la idea de los servicios
sociales contra la exclusión.
Para promover la actividad de dicho grupo una de las ideas, en el sistema
educativo, podría ser el de la incorporación a las escuelas ordinarias de las
personas con discapacidad. Ene l ámbito laboral una reserva de puesto de
trabajo junto con la creación de un subsidio de garantía.
Por ello podemos decir que la actitud frente a dicho problema, la exclusión
social, podría pasar por una política multidimensional, transversal o integral
para la integración social de un colectivo excluido. Cuando hablamos de
integración en la comunidad hablamos sobre la integración en espacios
diferentes, como pueden ser de salud, empleo, trabajo… para ello se han de
realizar varias ideas en este campo, que vienen a ser:
ü Todo cambio necesita la
energía de cada persona, por ello se debería de fomentar la idea de
desarrollar de forma personal la idea de que cada persona pueda
conocer o mantener vínculos con personas en dificultad.
Por otro lado se debería de intentar identificar las dificultades, limitaciones,
capacidades y oportunidades que se reciben para el desarrollo personal y su
incorporación social debido a que al ser una población minoritaria y mal vista,
no recibirían el trato de muchas personas del mismo modo y se les cerrarían
muchas puertas.
El poder tener a una persona al lado siguiendo tus pasos, acompañándote, que te
guie durante el camino y verifique que los pasos que das son correctos
facilitaría el acceso y la incorporación de las personas a los diferentes
sectores, todo ello enmarcado bajo un provisión o proyecto orientado al
desarrollo personal a la integración en la comunidad de la persona misma.
Debido
a esto, los servicios sociales tendrán que abordar algunos ajustes en su en su
estructura para desempeñar sus responsabilidades en la acción contra la
exclusión. Para ello se deberán de definir mejor las responsabilidades de
los mismos, siempre y cuando se reconozcan los derechos de los ciudadanos.
3. ALGUNAS LÍNEAS PARA EL
DESARROLLO DE LA ACCIÓN DE INCORPORACIÓN
La última parte de este artículo presentará algunas ideas sobre el desarrollo
de la acción de incorporación de los servicios sociales que creemos que pueden
abrir unas perspectivas para la mejora.
La acción de incorporación social de los
servicios sociales, debe combinar los ejes, que presentaran analogías con
diferentes formas de acción (individuales y colectivas) e incluso con métodos
diferenciados de trabajo social. Sin embargo esta diferencias de lo individual
y lo colectivo no debería llevarnos a una contraposición entre las dos formas
de acción.
Las
acciones de tipo colectivo serán muy
importantes, pues acompañar al usuario en su desarrollo personal pasara a
fortalecer también los vínculos con otros individuos en su comunidad. La acción
colectiva debe tener cuidado de dejar a los grupos más desfavorecidos
excluidos. En muchos casos, la acción colectiva de los servicios sociales es
vista como la tarea pendiente, ¿esto porque será? Pues podría ser por la gran
demanda de atención individual que se requiere o por el poco convencimiento
institucional sobre la utilidad de la acción comunitaria.
Debemos concebir la intervención comunitaria como una herramienta de intervención
transversal, debería servir para complementar el resto de intervenciones del
nivel individual o familiar.
*El trabajo comunitario debería
permitir:
-Fortalecer las conexiones y red social de las
personas con dificultades.
-Utilizar las entidades sociales como una forma de
integrar a las personas con problemas.
-Desarrollar el apoyo mutuo de personas con problemas
comunes.
-Incorporar a los sectores más débiles por problemas
de dependencia o exclusión a las organizaciones ciudadanas.
-Denunciar y favorecer la participación de las propios
grupos afectados.
Convendría recordar también, que el
trabajo comunitario constituye una de las finalidades con las que surge el
nivel primario de los servicios sociales, y que justifica su carácter
descentralizado y local. Llevar a cabo acciones que de verdad 'prevengan
situaciones conflictivas, como lo drogadicción, etc.
También se destacara en el texto el acompañamiento del desarrollo personal, que
será la tarea propia y central de los servicios sociales en las políticas de
inclusión. Este proceso lo definiremos como el acompañamiento del desarrollo
personal, pero en el contexto de la comunidad. Se debe partir de las
capacidades de las personas para desarrollarlas y potenciarlas. Aun así,
también se deberán tener en cuenta las limitaciones de las personas y los
obstáculos que se interponen en sí mismos.
Por último destacaremos el concepto de proximidad, que hará referencia a la
construcción de vínculos de cercanía y confianza entre personas en dificultades
sociales. Esto supondrá que la relación usuario - cliente no podrá
hacerse como una representación burocrática "ciudadano- administración
pública".
En
nuestro país la atención primaria ha construido un modelo de atención generalista.
En la actualidad, muchas veces se interviene en las mismas situaciones de
exclusión desde diversos estamentos sin que desde ninguno de ellos pueda
asumirse la responsabilidad global de la intervención.
En
resumen, se deberá hacer un primer contacto con el usuario, una vez hecho
esto, podremos crear un diagnóstico, conoceremos sus problemas a la hora de
enfrentarse a la sociedad. El trabajador social hablará con otros trabajadores
sociales de otros ayuntamientos y entre todos viendo los problemas que
tiene las personas en la sociedad, los unirán y observaran creando así unas
medidas colectivas y grupos de medida colectivos.
En
definitiva, la clave de todo este texto, consiste en dar a la persona atendida
una capacidad de decisión autónoma sobre el contenido concreto del apoyo,
aunque su dimensión esté limitada por un mecanismo estandarizado. Proporcionar
a la persona un acompañamiento adecuado, el concepto de proximidad ya nombrado
anteriormente y el trabajo comunitario, son las bases para conseguir el
objetivo primordial de cualquier trabajador social: empoderar a la persona para
que ésta tenga la capacidad para tomar sus propias decisiones y llevar las
riendas de su vida.
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